Y en algún momento tiene que llegar el final.
El fin.
A fin de cuentas, significa el extremo, el cierre...así que, supongo que ha llegado el final.
La culminación de todos mis miedos, la cima de todo lo irracional. He llegado.
He llegado a comprender que todo no es negro o blanco, malo o bueno; sino que en cierta medida puede ser gris, regular, llano.
Un buen amigo me hizo comprender que, no tengo que elegir entre dos cosas buenas, sino que simplemente puedo disfrutar de ambas, sin llegar a comprometerme con cosas que no tengo porque hacerlo.
Obviamente no estoy hablando de jugar a dos bandas, sino de mantener dos amistades, dos buenas amistades.
Pero claro, eso contribuye al final de algo:
"El final de mi confusión"
Un final agridulce y otoñal, colapsado por momentos increíbles, únicos e indescriptibles.
Quiero dar muchas gracias a aquellos/as bloggers que me siguieron desde mis comienzos y que me visitaron mucho, a pesar de mi irregularidad.
Pero esto no es algo triste. Muy al contrario es algo feliz, muy feliz. Ya que todo final conlleva un principio; principio el cuál lleva grabado la cicatriz de cierto final, así que, muchas gracias por leer mis sentimientos, pensamientos e inspiraciones.
Solo os dejo con un último consejo (si es que alguien lo lee xD):
"Nunca guardeis vuestros sentimientos en un cajón".
Muchas gracias por estos 2 años,
Tami